Desde muy pequeña, su pasión por el baile la llevó a imitar los movimientos que veía en la pantalla, desarrollando así una temprana afinidad por las artes escénicas. Esta inclinación innata fue la semilla que, años más tarde, florecería en una exitosa carrera como bailarina y fundadora de su propio estudio artístico.

 

Nacida y criada en Chimbote, una provincia con escasas oportunidades artísticas, Emiko encontró en esta carencia una poderosa fuente de inspiración. La falta de recursos y espacios para el desarrollo artístico en su entorno fue el motor que la impulsó a buscar y crear nuevas oportunidades no solo para ella, sino también para otros artistas.

 

Emiko se dio cuenta de que tenía necesidades artísticas específicas que no eran satisfechas por los estudios de baile convencionales. Fue entonces cuando decidió fundar su propio estudio: Queen Dancers. Este espacio no solo le permitió desarrollar sus propias habilidades, sino que también se convirtió en un refugio para otros artistas que buscaban un lugar donde crecer y expresarse libremente.

 

La información y el conocimiento que adquirió a través del baile la animaron a competir y llevar su pasión a un nivel profesional. Su valentía y dedicación la han llevado a destacarse en el ámbito de la danza, demostrando que con esfuerzo y perseverancia, es posible transformar una pasión en una carrera exitosa.​